Qué te pasa tiempo, hablemos...
Con el título de
este post parecerá que me voy a poner melancólica, saltando de metáfora en
metáfora sobre cómo pasa el tiempo, cómo no lo vemos pasar y, sobre todo, qué
poco exprimimos cada segundo…
PUES NO.
No, no, no, no...
Aquí vengo a
hablar de mi libr… Perdón, meheliao,
yo vengo aquí a hablar de cómo en una mañana que prometía tener un clima, no
cálido, pero si agradable as usual, yo con
mi media manguita y mi cuellito bien a la fresca, se convirtió en Lo que el viento se llevó (y lo que no pudo,
lo dejó). Y para más inri la ventolera iba acompañada de pequeñas gotas de chirimiri o lo que fuera eso, que ni siquiera es lluvia, es la prima lejana molesta de la lluvia (todos tenemos una prima así).
A Dios pongo por testigo que jamás volveré a dejarme la rebeca en casa. |
Pero vamos a ver…
No puede ser que un día tenga que
arremangarme todo lo remangable porque siento como la premenopausia se
apodera de mí y me provoca sofocos hasta donde una mujer no debería tener
sofocos; y dos días después el invierno diga “ups, se olvidó de apagar la
caldera” y vuelva a casa, como el turrón y los cuñados por Navidad.
Por qué, zeñó,
por qué.

El eje del mal
controla el mal tiempo y claramente ha decidido que el puente del Día del
trabajador la gente haga uso de su imaginación en casita, pensando que está en
la costa tirando a la bartola viendo la vida y los culos pasar cuando la única
arena o rincón idílico presente es el salvapantallas de su ordenador. O peor, que
tiren de juegos de mesa para jugar en familia (pray for Scatergories y la Oca).
Por eso te
pregunto, clima de mi vida… ¿Quieres hablar de algo, alguien se ha metido con tus
isobaras, te tocaba pringar en el curro y has decidido que se jodan los que
pillaban puente…? No sé, háblame, DAME UNA SEÑAL.
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Por ejemplo esta. |
Y ya, sólo quería
volcar mi frustración en mi rincón especial, donde ni llueve, ni nieva, ni hace
calor, ni hace frío.
Ja, ja, Marta. El eje del mal llega a todas partes, incluso a aquellos lugares donde ni siquiera hay clima. Un abrazo.
ResponderEliminarOtro para ti, Isabel!
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