Dependientes lapa.
Hoy ha sido uno de esos días agotadores que no sólo quieres que acabe el día en sí, sino la semana ENTERA. Y como por alguna parte tengo que soltar toda la mala vibra que tengo en el cuerpito pues qué mejor manera que hablar de lo que me molesta o agobia, que eso siempre te deja como nuevo.
Vamos allá.

Soy asidua a
andar de una tienda a otra, ya sea del tipo que sea: online, física, compra
online para recoger en tienda física y mi adorado Aliexpress, por supuesto.
Mi
tipo de compra favorita es la de tipo online sin contacto con nadie más que el
señor de la agencia de transporte que me entrega el capricho innecesario
la cosa súper necesaria que me he comprado en ese momento.
Es mi tipo de
compra favorita porque puedo ver, re-ver, re-re-re-ver todos los productos de
la tienda, comparar, sacar y meter cosas de la cesta, recalcular el precio,
buscar opiniones por la interné (muy
útil e importante, aunque suele crear más ansia por comprar otras cosas que a
lo que ibas en realidad), etc… En fin, que disfruto de la soledad anónima que
me da estar en una página online. La disfruto y la prefiero.
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Di que sí, chati. |
Pero a veces
salgo de mi batcueva y me muevo por centros comerciales. Oye, también me
gustan, sobre todo aquellos que tienen de TODO y puedes hacer vida allí si
instalas un campamento base.
Lo único que
tiene es que te ves obligado a interaccionar con esos seres de diversas
características que convergen en una sólo, resumida en: “¡Hola! ¿Puedo ayudarte en algo?”.

Yo el 98% de las
veces contesto con un “no, gracias, estoy mirando”. Estoy mirando porque no
busco nada, no necesito nada, sólo quiero gastar, déjeme en mi soledad
consumista.

Hasta ahí todo
va bien.
Pero si pasas 5
minutos sin dar señales de vida compra llega ese momento en el que
aparece el Dependiente lapa. No
siempre está, pero cuando está… Lo notas tú y tu tía la de Pamplona.
Entonces vuelve a
preguntarte:
- ¿Puedo
buscarte algo?
- No,
GRACIAS, sólo miro por aquí.
En este momento hace como que no has dicho nada, o
como si hubieras dicho “cuéntame todo lo que necesites contar desde tu comunión”.
- Mira
tenemos estas ofertas de 2x1, 3x2 y 4x4 (porque
a veces sólo les falta ofrecerte un todoterreno para captar tu atención de una
vez).
- Ajá,
sí, sí (yo, que soy educada, escucho
fingiendo interés como si las ofertas de la tienda X fueran lo mejor que me ha
pasado después de Netflix)
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Tu cara de poker súper currada. |
- Mira
toma una cestita así puedes meter los productos.
Tú en lo que piensas ahora mismo es que quieres tomar lo que se toma esa persona todas las mañanas y rezas a demás por que sea legal (y barato), porque esa energía y verborrea no es ni medio normal.
Tú en lo que piensas ahora mismo es que quieres tomar lo que se toma esa persona todas las mañanas y rezas a demás por que sea legal (y barato), porque esa energía y verborrea no es ni medio normal.
- No,
GRACIAS COÑO, si veo que la necesito ya la cogeré.
- Vale, toma de todos modos esta bolsita y este papel con las ofertas ¡hasta ahora!
No, ni hasta ahora, ni hasta mañana, más bien “HASTA
NUNQUI”.

Porque a mí eso de que me agobien persiguiéndome por la tienda (totalmente al estilo asiático, vamos, como en los chinescos) cuando dejo desde un principio clarito que sólo quiero mirar, me lleva por la calle de la amargura y de la mala leche, también.
No sé si esta
técnica les funcionará con alguien, supongo que sí, todo tiene que tener un
motivo, pero desde luego conmigo va a ser que no (y con otras personas que
conozco tampoco, que no soy la única asocial de mi entorno, hombreya).
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O en la ducha, que también es muy dramático. |
Y bueno...
Pues ya como que
me siento un poco mejor. Si es que escribir/hablar los desajustes mentales de
una es la mejor medicina.
Si te sientes identificadito/a, ya tú sabeh:
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