Mujeres, madres... Y yo por el medio.


Resultado de imagen de miranda hobbes con su hijo sexo en nuevayork


A mí las lecturas que más me llegan o me encandilan son aquellas que tratan de personas normales, que viven su día a día en el cual pasan las cosas extraordinarias (que cada uno asume como tal, a su manera) que dan lugar y estructura al texto.

Hoy me tocó a mí una de esas situaciones normales y a la vez extraordinarias; en las que observo todo, llego a conclusiones y luego me limito a seguir observando para ver si dichas conclusiones son acertadas o no. Es como un juego cerebro-ambiente (aunque más bien es para corroborar si tengo la razón porque no hay nada que más me guste).

La mañana salió fresca y yo, a su vez, salí de mi casa para cumplir mi deber de acompañar a mi sobrina pequeña a su colegio, esperar a que saliera y estar con ella hasta que se montase en el autobús que la llevaría al sitio mega-divertido donde iría con sus compañeros.

Añado que no estoy demasiado acostumbrada a estar en contacto con temas escolares de este ámbito, pero hoy tenía la mañana libre y la petición de mi hermana (madre de la criatura) de que, por favor, por favor, por favor, poooor favoooooooooor, estuviera con la pequeña hasta que partiera, ya que ella no podía a causa de un examen. Yo sin problema alguno, claro.


Resultado de imagen de sex in new york gif

Mi bultito del escepticismo empezó a palpitar cuando pensé en la situación:

“¿Acompañar a la niña hasta que se fuese en el autobús? Pero si va a estar con todos sus amigos y serán 5 minutos escasos en los que, en teoría, tengo que estar ahí para ella, para que me vea, básicamente.”


Imagen relacionada

Pues nada, todo sea por mi bichita. Allá que fui, primero, a llevarla a su clase. En este momento fue cuando vi el movimiento “madres” en plena acción (porque sí, la GRAN mayoría eran SÓLO madres). Todas ellas llevando las pesadas mochilas de sus retoños, llevándolos de la mano hasta la misma puerta de clase o incluso metiéndose un poco para cerciorarse de que el niño quedaba bien una vez ella se fuera, no fuese que al pequeñajo le diera por sentarse encima de la pizarra, yo que sé.

“Pero señora, deje al niño, si se encuentra sin ti a lo mejor le da por socializar recién despierto, o algo”.


Imagen relacionada

Una vez dejé en manos de su profe a mi sobrina, me dirigí dónde me habían indicado que debería estar, esperar a que su clase saliera en fila india y verla montarse en el pequeño autobús que los esperaba, ya en la puerta del colegio.

Otro momento de observación.
La manada el grupo de madres que acababa de dejar a sus vástagos en clase, ahora hacia un bulto enorme al lado del autobús esperando a sus hijos como si no supieran subir solitos los escalones hacia los asientos.
Hablaban entre ellas, se ponían al día, lo mismo había alguna que ya estaba perfectamente vestida para el resto del día laboral que había otra con lo primero que ha pillado sólo para salir de casa y cumplir con su “obligación” de estar en ese momento. A mí me parece muy curioso todo.

Empiezan a salir los niños, las grupimamis se movilizan y se dispersan buscando cada una el grupo de niños de la edad de sus hijos. Yo que no puedo controlar apenas mis expresiones faciales debo de estar con una cara de horror e incredulidad bastante palpable, porque moverse entre multitudes no es lo mío. 

“Pero señora, DÉJEME PASAR, en este zafarrancho hay espacio para las dos, SEÑORA”.


Resultado de imagen de sex in new york gif

Estiro el cuello lo más que puedo para buscar a mi sobrina entre la amalgama de madres, profes, niños, conductores y algún espontáneo que se cuela en la zona (vete tú a saber por qué, HUYE, SEÑOR, HUYE). Y ahí, en medio de la confusión, me encuentro a mi hermana que viene corriendo con una sonrisa enorme en la cara porque ella y su compañera pudieron hacer ese examen, que les quitaba de poder venir, en el tiempo justo para poder decir adiós hasta luego.

“¿En serio? Pero vamos a ver, que ya estaba yo aquí, que la niña sólo va a estar fuera en lo que es el horario escolar normal, todo va bien, no drama”.

Pues nada, encontramos a la pequeña y, ya subida ésta en el autobús, observo una vez más la situación:
Niños pequeños, nerviosos y emocionados, van a vivir una aventura que supone salir de su sitio natal para ir 30 km más allá. Madres que no paran de agitar los brazos aunque tengan al niño a un metro y sólo les separe un cristal.

“Sigo sin entender por qué tanto follón, teniendo en cuenta que tampoco es un viaje largo y que volverán a verlos a la salida del colegio”.

Pero al ver a mi hermana y a mi sobrina digamos que la cabeza me hace “click”.
No es el hecho de irte más o menos lejos, es el hecho de saber que tu madre está y estará cuando algo ocurra en tu vida, sea más grande o más pequeño. Ahí estaban las dos, cada una con ojos llenos de emoción; la pequeña porque viviría algo diferente y tocaba irse lejos de mamá, la madre porque su hija viviría algo diferente y tocaba estar lejos de su pequeña.

Y eso es lo que pasaba en cada una de las caras que yo observaba. Dejé de pensar en un “por qué tanto alboroto” a pensar en “eres tonta, respeta estos momentos irrepetibles que dejarán de ocurrir cuando sus pequeños crezcan”.


Resultado de imagen de sexo en nueva york gifs

Una vez pasó el momento lacrimógeno de la despedida, fui con mi hermana y sus compañeras a un bar de la zona para que pudieran tomarse algo (y recuperar sales minerales).
Ahora es cuando yo observo la transformación de madre a mujer propiamente dicha.

En ese ratito de café y tostada me di cuenta de que estas mujeres estaban despidiendo a su hijo al lado de un bus hace escasos 5 minutos y, ahora mismo, estaban diciendo barbaridades varias y llorando de la risa por las mismas. Porque ser madre puede cambiar tus prioridades, pero no cambiará jamás tu esencia. Seguirán siendo las mujeres divertidas y deslenguadas de siempre. Esto no lo va a cambiar ningún pañal, potito o cualquier-cosa-de-maternidad que valga.

Hablan de sus vidas, de sus estudios, de sus trabajos, de cómo lo hacen todo a la vez y siempre con una sonrisa, tomándose con humor el estrés que, a mí, en sus zapatos, me llevaría por la calle de la amargura segurisísimo.

Me está encantando la situación de cachondeo y risas hasta que sacan el tema “el circo ha llegado a la ciudad” y vuelven a pulsar el botón de “modo madre ON”. Me baja el entusiasmo hasta que una de ellas suelta con todo el descaro del mundo “yo no voy a gastarme un duro en ir al circo con los niños, para circo el que tengo yo en mi casa, ese sí que es gracioso”.
Y vuelven las risas. Me cae MUY bien esta mujer.

Son todas fabulosas, a sus estilos y maneras, FIN.


Imagen relacionada

¿Es reggaetón lo que suena de fondo en el bar a las 10 de la mañana? Todo puede ser, yo me espero cualquier cosa hoy.



Comparte si eres una madre fabulosa (y aunque no seas madre, eres fabulosa igual):

Comentarios

A mi gente le gusta: